LUNES

me desperté por ahí de las 9 de la mañana. mi casa estaba tan como siempre, aunque cada vez me gusta más. Los lunes tengo pocas cosas que hacer por la mañana. Así que seguí con eso de blanquearme los dientes. Decidí que iba a instalar un «estudio» en mi recamara, asi que me dedique a mover escritorio, compu, conexion a internet y hasta pizarron de corcho a una esquinita de la recamara. También colgué el viejo cuadro de James Dean sobre la cama. Las paredes estos días se veían muy vacías, muy blancas y el edredón de plumas verde limón llamaba demasiado la atención. Además agregué una nueva foto a la colección. Esta vez, es una de La Jefa cuando tenía unos 18 años. Como siempre, se ve guapísima (creo que yo a los 18 no me veía así, pero dejemos los traumas para luego).
Al despertar ya tenía mensajes de CC que continúa con esa tarea (ya le dije inútil) de conquistarme. Y de Islerodemiura ni sus luces. En fín, después de tantos años ya debía estar acostumbrada. Desayuné, tarde, con La Jefa, La Abuela y La Tia. Me divierten. Esperé a Los sobrinos y recibí la larga lista de deseos para esta Navidad. Creo que se las voy a cumplir. Ya le encargué a La Mejor Amiga una patineta. Si la consigo lo voy a hacer muy feliz, eso seguro. De ahí al trabajo en el noticiero. Hablé con el contador aunque eso de las cuentas no es lo mío. Ahora estoy en espera de noticias del nuevo prospecto: El Extranjero. Lo conocí ayer y suena por demás interesante. Lástima que no mostró grandes señales de interés. Dicen las malas lenguas que es por timidez. Yo ya no me lo creo. En fin será cosa de seguir esperando. De aquí, le daré un aventón como cada noche a La Redactora a que tome su taxi y luego a casa. Espero empezar con la envoltura de regalos y ponerle las luces a mi arbol. Es blanco, imponente y divino. Este año tengo un buen espiritu navideño aunque aun no tengo idea de donde voy a pasar el fin de año. Algo bueno saldrá